Historia de la tauromaquia- Orígenes.

La tauromaquia en España parece tener sus orígenes durante los ocho siglos largos de la española

Guerra de Reconquista (711-1492 d. C.) cuando los caballeros tanto de los moriscos como

Los cristianos organizarían competiciones de caza como respiro de matar

entre ellos y pronto se dieron cuenta de que de todas las presas el toro ibérico

ofreció el mayor reto ya que a diferencia de otros animales prefería morir

luchar más que huir.

Parece probable que un noble capturó a algunas de estas bestias valientes

y los llevó a su pueblo para recrear la emoción de la caza anterior

sus súbditos admirativos. Así, alguna parte remota de la España medieval vio el

orígenes de lo que hoy es el espectáculo nacional español de la tauromaquia.

La historia de la tauromaquia recuerda que la primera corrida de toros real, o

corrida, tuvo lugar en 1133 en Vera, Logroño en honor a la coronación

del rey Alfonso VIII. A partir de entonces se convirtieron en un paseo popular en muchos

acontecimientos importantes y continuó una vez terminadas las guerras de reconquista

ofreciendo a los nobles una salida para demostrar el celo y el atrevimiento con el que él

derrotó a los moriscos.

Pero el rey Felipe II encontró el espectáculo repugnante y se alistó

ayuda del papa Pío V para conseguir que la prohibieran por decreto de papel. Esto, junto con

los placeres crecientes que se tenían en la corte real, dieron lugar

la nobleza renunciando a su interés por la tauromaquia pero no así la

el campesinado que se lo tomó con entusiasmo y se convirtió así en un símbolo

de algo genuinamente español.

En 1726 estaban preparados para adoptar su primer héroe taurino en la de

Francisco Romero de Ronda. Fue un hombre de origen humilde que fue el primero

torero profesional en España. Con él se desarrolló la corrida

más una forma de arte. Introdujo el stock, la espada y la muleta,

la capa pequeña utilizada en la última parte de la lucha ya que es más fácil

empuñada.

Historia de la Tauromaquia- La Corrida Moderna.

La corrida de hoy es mucho como se desarrolló en tiempos de Romero.

Normalmente se requieren 6 bueyes y tres matadores por una tarde

corrida. Los tres matadores vestidos con sus trajes de luces

entran en la arena acompañados de sus banderilleros y picadores y los

cepas de un paso doble tradicional. La puerta del totil, o toro

corral, se abre y sale uno de los bueyes.

El matador le saluda con una serie de maniobras, o pasadas, con

capa grande; estos pasos suelen ser verónicos, la capa básica

maniobra (llamada así por la mujer que alargó un trapo a Cristo sobre su

camino a la crucifixión). Contrariamente a la creencia popular, los toros son en realidad

daltónicos y van a buscar la capa no porque sea roja sino porque

se mueve.

La segunda parte de la corrida es trabajo de los picadores montados que

lanza el toro, normalmente tres veces. Entonces suena una trompeta y el

los banderilleros a pie se desplazan a ellos para colocar sus banderillas (de forma brillante

palos de púas de colores) en los hombros de la bestia para conseguir que baje la cabeza

por matar. Después de esto suena otra trompeta que señala

el trabajo o fase final de la corrida. El paño de la muleta está cubierto

el stock y aquí el matador demuestra su habilidad en las pasadas que da.

Estos consisten en el trinchero que normalmente es el pase de apertura que se realiza

de rodilla después está el pase de la firma en la que el matador

permanece inmóvil mientras pasa la tela por debajo de la nariz del buey. El

manoletina consiste en sujetar la muleta detrás del cuerpo y del natural

El pase es aquel en el que el peligro para el matador aumenta a medida que el

se elimina stock de la muleta esto reduce el tamaño del objetivo y

tentando al toro a cargar contra el objeto más grande: el torero.

Después de realizar estas pasadas durante varios minutos durante este tiempo el matador

intenta emocionar a la multitud acercándose cada vez más a los cuernos, finalmente

y alinea el toro para la matanza.

La hoja debe pasar entre los

omóplatos y como el espacio entre ellos es pequeño los pies del toro

deben estar juntos mientras el torero corre sobre los cuernos. La matanza

se realiza correctamente apuntando directamente sobre los cuernos del buey y

hundiendo el stock entre la cruz en la región de la aorta.

Esto requiere una habilidad y disciplina considerables, por no hablar de una cierta

cantidad de coraje en bruto, y por ese motivo se conoce como «el memento

de la verdad» o el momento de la verdad.