Es importante que los padres recuerden que los niños son las únicas víctimas de una familia rota. Los cónyuges que se acaban de separar podrían recuperarse fácilmente teniendo la oportunidad de buscar otras parejas olvidando así su pasado. Pero los niños nunca pudieron encontrar a segundos padres. Tener padres de acogida nunca podría sustituir a sus padres y madres reales. Para que los padres puedan durar su matrimonio, deben entender algunos problemas matrimoniales que pueden poner fin fácilmente a su matrimonio. O diremos que podría hacer que su matrimonio sea más fuerte.
Peleas
Las peleas en el matrimonio siempre dejan un vacío en la relación. Esto puede implicar silencio, dormir por separado, no comer juntos, y ese silencio puede ser fatal para el matrimonio. ¿Cómo detendrás de forma efectiva una pelea? ¡Simplemente deja de hablar! ¿Quién quiere hablar con alguien que no responde? Si los argumentos se detienen, seguirá el silencio. En silencio, te verás obligado a escuchar a tu conciencia, será sólo tu conciencia la que tendrás que escuchar y hacer lo que te diga.
Cuando tenga la mente más tranquila, puede discutir sus preocupaciones.
Dinero
Una causa común de ruptura en el matrimonio es el dinero. Las mujeres se quejaron de que sus maridos no les dan dinero suficiente para hacer frente al presupuesto; mientras algunos maridos se quejaban de que sus mujeres no les dejaban el ocio aunque ellos son los que trabajan y necesitan un descanso. Todo el mundo siente la necesidad urgente de dinero.
Si sólo identifica las necesidades, descubrirá que el dinero no siempre es tan urgente como el que cree! Puede reducir su presupuesto si hay otras necesidades o puede relajarse en la parte posterior de casa y ahorrarle unas costosas vacaciones. Lo necesario es iniciativa y poco sacrificio.
Discutir delante de los niños
He leído en algún sitio que no debería discutir ante sus hijos. Esto hará sacudir su fe en el matrimonio como institución.
Si no puedes evitar discutir delante de tus hijos, ¡hazlo! Basta con tomar nota; limite al intercambio verbal y no al abuso físico. Lo importante, discute cuestiones, no personalidades. Si se discuten problemas, probablemente llegará a una solución. Mejor aún, pida a sus hijos que se unan a la discusión. Si sus argumentos son participativos, está enseñando a sus hijos a pensar con madurez, y serán sus mejores consejeros cuando crea que algo malo en su matrimonio.
Tener la capacidad de entender los problemas matrimoniales podría hacer que funcionen para su matrimonio. Sólo es cuestión de pequeños sacrificios con el sincero deseo de lo que es mejor para su familia.